Introducción al teatro noh - 129 piezas para entender la cultura japonesa

Introducción al teatro noh - 129 piezas para entender la cultura japonesa

von: Michiyoshi Aoki, Osami Takizawa

Editorial Bubok Publishing, 2022

ISBN: 9788468569659 , 124 Seiten

Format: ePUB

Kopierschutz: frei

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Preis: 34,99 EUR

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Introducción al teatro noh - 129 piezas para entender la cultura japonesa


 

LOS ARGUMENTOS DE LAS
OBRAS DE TEATRO DE NOH

OSAMI TAKIZAWA

1. Okina ()(no pertenece a ningún tipo)

Los japoneses consideran sagrada esta obra, pues con ella se expresa el deseo de alcanzar la paz y la obtención de una buena cosecha. En efecto, en todos los rincones de Japón permanece viva la celebración de un rito popular, el conocido como Okina. Esta obra de teatro nō, o noh (), por su parte, se reelaboró en torno a la época del gran dramaturgo Zeami. Para proceder a su representación, los actores han de purificar previamente su cuerpo, consumiendo sake –el licor japonés de arroz –, así como el arroz y la sal que se hallan dispuestas sobre un altar en el lugar que se llevará a cabo la representación. Más que en una obra dramática al uso, Okina se constituye en una práctica ritual a modo de rogativa para lograr la paz y una próspera cosecha.

2. Aoinoue (葵上)(4... El número que consta entre paréntesis indica el tipo de obra al que pertenece)

Esta obra recibe su título del nombre de la hija de un ministro de la corte japonesa, quien se halla poseída por un espíritu maligno. Aoinoue es, asimismo, esposa de Hikaru Genji, protagonista de la celebérrima obra narrativa Genji monogatari (Historia de Genji). Pese a los esfuerzos de los médicos y de los monjes budistas dirigidos a su sanación, Aoinoue no logra curarse. Por ello, uno de los miembros de la corte solicita a una sacerdotisa que averigüe la causa de su enfermad a través del método de la adivinación del tañido del arco japonés. Al interpretar el sonido emitido por el instrumento, el alma de una amante de Hikaru Genji, Rokujyōno Miyasundokoro, se manifiesta. El espectro ha estado atormentando a Aoinoue, consumido por la envidia ante el amor que Hikaru Genji siente hacia ella. El ministro, padre de la sufrida Aoinoue, solicita entonces a un monje budista que intente deshacerse de este alma maligna. Las oraciones de este devoto monje logran, finalmente, cesar las apariciones, aplacando el rigor del alma torturada de Rokujyōno Miyasundokoro.

3. Akogi (阿漕) (4)

Un hombre, procedente de la isla de Kyūshū, emprende una peregrinación al santuario sintoísta de Ise, que se halla en la isla de Honshū. Tras un largo viaje, arriba finalmente al pueblo de Ano, en la provincia de Ise. Allí, entabla conversación con un anciano pescador. El pescador indica al peregrino que se encuentra en la bahía de Akogi, lo que mueve al viajero a recitar una poesía antigua sobre aquella misma bahía, respondiendo el lugareño con una segunda poesía. El pescador afirma, en torno al nombre de la bahía: «Antiguamente, vivía aquí un pescador llamado Akogi, quien intentó pescar ilegalmente en estas aguas. Mas fue, finalmente, detenido y condenado a ser hundido en el fondo de la bahía como castigo. Con posterioridad, las gentes comenzaron a llamar al lugar como la bahía de Akogi. El alma de Akogi aún sufre». Seguidamente, el pescador solicita al viajero que rece por el alma de Akogi. El peregrino sospecha entonces que el pescador es, en realidad, el espectro de Akogi. El pescador desaparece. A continuación, un lugareño entra en escena y afirma ante el viajero que probablemente el pescador sea el alma en pena de Akogi, por lo que sería bueno rezar por él. Cuando el viajero emprende su oración, el fantasma de Akogi reaparece, portando una red para pescar. Y afirma que, en efecto, su alma penaba en el infierno y que necesitaba que se rezara por su salvación. Tras de lo cual, el espectro de Akogi desaparece finalmente de la escena.

4. Ashikari (芦刈) (4)

Un hombre llamado Saemon y su esposa se divorcian debido a la pobreza en la que vivían. La mujer se dirige entonces a Kioto, donde entra a trabajar como ama de cría en una casa aristocrática. Por su parte, Saemon marcha a la bahía de Naniwa, donde se dedica a la limpieza, cortando las cañas de bambú de la playa. Después de alcanzar esta posición, la mujer emprende la búsqueda de su esposo. Empero, no logró que nadie le diera razón de su paradero. Saemon se encuentra con su exmujer, cuando esta acompañaba a unos nobles en un viaje que les conducía a las proximidades de la bahía de Naniwa. Sin embargo, Saemon no logró reconocer a su exesposa hasta que la mujer no danzó ante ellos un baile especial de alabanza al emperador. Saemon, sintiéndose avergonzado, se oculta en una humilde casa de la bahía. Mas la mujer, quien le ha reconocido, le sigue. Respondiendo a la amorosa llamada de aquélla, la pareja se reencuentra, y recitan poesías para celebrar el encuentro, restableciendo finalmente sus lazos matrimoniales. En la nueva ceremonia nupcial, Saemon manifiesta su gran alegría, ejecutando una alegre danza.

5. Ataka (安宅) (4)

Minamoto no Yoshitsune, un samurái triunfador en numerosas batallas, es expulsado de sus tierras por su hermano mayor, Minamoto no Yoritomo, envenenado por la envidia que siente por sus hazañas militares. Yoshitsune huye entonces hacia el norte, aunque el hermano mayor ordena su detención a los oficiales de las diferentes aduanas. En una de ellas, en la provincia de Kaga, un capitán llamado Togashi aguardaba la llegada de Yoshitsune. Los miembros del grupo de Yoshitsune habían intentado cruzar aquel paso disfrazados de anacoretas. Pero, Togashi, al sorprenderles, decidió darles muerte. Empero, ante el miedo a que el cielo condene a quien asesina anacoretas budistas, Togashi, con el objetivo de cerciorarse, obligó a los integrantes del grupo a recitar oraciones budistas. Uno de los vasallos de Yoshitsune, Benkei, emprendió seguidamente el recitado de diversas oraciones, sirviéndose de un rollo de escritura que, casualmente, portaba consigo. De este modo, se permitió al grupo de Yoshitsune cruzar la aduana. Togashi ofreció en su honor una pequeña fiesta en la que bebieron sake, y Benkei danzó un baile magnifico, si bien obrando con reservas. Una vez concluida la fiesta, Minamoto no Yoshitsune y sus vasallos prosiguieron su viaje.

6. Adachigahara (安達原) (5)

Un grupo de anacoretas de la provincia de Kishū llegó a un pueblo de Adachigahara, en Ōshūperigrinando, en el norte de Japón. Al atardecer, sus integrantes solicitaron alojamiento en una casa. Y, si bien al comienzo la dueña rehusó, finalmente accedió a darles cobijo aquella noche. Una vez en el interior de la vivienda, los monjes vieron que la mujer hacía un ovillo hasta que decidió salir a recoger leña, ordenándoles que no entraran en su dormitorio. Empero, muy intrigado, uno de los anacoretas intentó ver el interior del cuarto, aprovechando que su compañero se había quedado dormido. La visión fue horrible. El dormitorio estaba atestado de cadáveres. En realidad, aquella era la casa de un demonio. Los monjes intentaron, entonces, huir del lugar. Sin embargo, cuando la mujer regresó a su casa lo hizo bajo la figura de un demonio femenino. Comprendiendo que sus huéspedes habían violado la prohibición que les dictara, entró en cólera, y les atacó. Por su parte, los anacoretas emprendieron con fervor el recitado de diversas oraciones, logrando de este modo vencerla. Finalmente, aquel ser demoníaco desapareció junto a la tempestad y a la noche.

7. Atsumori (敦盛) (2)

Un samurái llamado Kumagai Naozane asesinó a otro, Taira no Atsumoto, quien contaba dieciséis años, en el valle de Ichi no Tani. Con posterioridad, Kumagai se ordenó monje budista, recibiendo el nombre de Rensei. Cuando un día regresó al campo de batalla en el que había acabado con la vida del joven samurái, se encontró con unos segadores. Estos, tras contar una vieja historia, partieron. Tan solo uno de ellos permaneció junto a Rensei, insinuando que no era sino el alma de Taita no Atsumori, tras de lo cual, despareció. Seguidamente, un hombre se aproxima al monje, hablándole de un célebre samurái de la región: el propio Taira no Atsumori, a lo que Rensei responde que él mismo fue el responsable de su muerte y que se había hecho monje para rezar por el alma del difunto. Llegada la noche, y mientras Rensei ora por el descanso del alma del joven samurái, se le aparece el espectro de Taira no Atsumori, quien cuenta la historia de su familia tañendo una flauta y bailando. Al término de su representación, el fantasma recuerda el momento en que fue asesinado por Kumagai Naozane. Y, si bien, su objetivo original era el de vengarse del hombre que le había matado, la ordenación de este como monje le hacía ya un hombre distinto del samurái que le dio muerte. Tras solicitar al monje que rezara por su alma, el espectro se desvaneció.

8. Ama (海士) (5)

Naozane, madre del ministro Fusazaki, ha muerto en la bahía de Sido, en la provincia de Sanshū. Su hijo desea rezar por su alma, dirigiéndose a la bahía en la que había fallecido. Una vez allí, sale a su encuentro una buceadora, quien le cuenta que hace mucho tiempo buceó buscando un tesoro que se encuentra en el fondo del mar. En efecto, en la bahía había tenido lugar un acontecimiento histórico. En la antigüedad, existieron tres tesoros procedentes de China. No obstante, las gentes del Palacio del Dragón, que se encuentra en el fondo del mar que baña la bahía, extrajeron una parte del tesoro. Un aristócrata de la capital, llamado Fujiwara Tankai, lo lamentó profundamente, deseando recuperar el...