Miniguías Parramón. Dibujo y pintura urbana

Miniguías Parramón. Dibujo y pintura urbana

von: Equipo Parramón Paidotribo

Parramón Paidotribo S.L., 2022

ISBN: 9788434299931 , 97 Seiten

Format: ePUB

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Miniguías Parramón. Dibujo y pintura urbana


 

El encuentro con lo urbano

Para los interesados en el paisaje urbano que, además, viven en la ciudad, cualquier detalle arquitectónico mínimamente atractivo se convierte en una excelente oportunidad para pintar. Les basta con abrir la ventana y asomarse a ella para contemplar un espectáculo tan sorprendente como el que ofrecen las estructuras geométricas que conforman los edificios: el reflejo de la luz diurna en los ventanales, las estructuras equilibradas, las fachadas con ornamentos o las luces centelleantes de los comercios. Asomarse a la ventana para contemplar la ciudad no es sólo un capricho. Muchos artistas consideran que los puntos de vista elevados (ventanas, balcones, azoteas…) ayudan a tomar distancia con el modelo para así pintar de manera más acusada la forma fugada de las calles, tener un mayor encuadre de la escena, una visión más completa de edificios o plazas públicas, todo ello sometido a una perspectiva bien marcada.

EL TEMA

Apuntes urbanos: el material necesario

Hoy en día, casi todo el mundo dispone de cámaras fotográficas digitales, sin embargo, todavía hay muchos artistas que confían en el dibujo al aire libre como una práctica inmediata y vital para captar e impregnarse del modelo urbano. De hecho, proliferan los grupos y asociaciones que proponen itinerarios temáticos dirigidos por la ciudad para que sus miembros completen una sesión de esbozos y apuntes del natural.

Los cuadernos de bocetos permiten plasmar el paisaje urbano de manera rápida y del natural. Preferiblemente, deben ser de pequeño formato y fáciles de transportar. Los hay con papel para dibujo, para acuarelas e incluso con papel preparado para pintar al óleo.

Además del cuaderno de bocetos, es interesante tener siempre a mano una cámara digital, para capturar instantáneas que luego podrán trabajarse en casa.

Cuaderno de bocetos

Resulta un elemento clave e indispensable para trabajar al aire libre. Es el soporte donde el artista interesado en el género urbano anota y registra los aspectos que más le llaman la atención. El lugar donde plantear la perspectiva, ganar confianza con la proyección geométrica de los edificios y aprender a expresarse de forma más intuitiva, suelta, interpretando con pocos trazos lo que se ve.

El tema en pocos trazos

El boceto es el resultado de la observación inmediata, un campo de pruebas donde el artista se pone constantemente a prueba y trata de reforzar la confianza en su dibujo. La perspectiva artística no es excesivamente matemática, es más intuitiva, por lo que no es necesario llevar reglas, escuadras ni cartabones. Hay que aprender a trazar las líneas rectas a mano alzada. Basta con dibujar in situ con un lápiz o un bolígrafo para luego completar el apunte con aguadas o colores en la tranquilidad del hogar, ya sea confiando en lo que se recuerda de la imagen o apoyándose en imágenes fotográficas que pueden haberse sacado de manera adicional.

Un lápiz o bolígrafo es suficiente para iniciarse en el dibujo urbano. Los primeros ensayos deben ir orientados a comprender la estructura de los edificios y la inclinación de sus fachadas.

Un dibujo a bolígrafo delante del modelo natural después puede completarse en casa o en el estudio incorporándole aguadas de acuarela que lo hagan más llamativo.

EL TEMA

Las primeras notas

En el paisaje urbano la composición no está delimitada por elementos naturales más o menos distantes o accidentes geográficos, sino por estructuras y construcciones geométricas solidas: los edificios, las calles y las plazas, pues son los que dan sentido al espacio urbano. La precisión de la arquitectura y la ilusión de la perspectiva exigen al artista un gran rigor al plantear el dibujo del modelo.

El punto de partida es un dibujo muy simple realizado con carboncillo y muy pocas líneas rectas que plantean la extensión y situación del espacio urbano.

El trazo lineal es un gran apoyo para la representación urbana, sobre todo teniendo en cuenta la necesidad de representar las rectas, las aristas y los contornos definidos de los edificios.

Las primeras líneas

Lo primero que debe tener en cuenta el artista cuando dibuja una composición es el valor de las líneas estructurales que, generalmente, coinciden con los contornos de los edificios o la fuga de las calles. Por lo tanto, en el paisaje urbano es imprescindible empezar con un dibujo geométrico para captar, al menos a grandes rasgos, la disposición, orientación y extensión de los edificios. Los trazos deben ser largos, rápidos y dirigir la mirada del espectador apoyándose en las líneas diagonales de la composición, que animan y quiebran el dominio de las perpendiculares de los edificios.

Sombras y masas de color

Si bien la base de cualquier planteamiento de dibujo encuentra el apoyo en la geometría, la pintura se basa en la síntesis de zonas cromáticas de igual intensidad o tonalidad. De este modo, los planos de las fachadas de las casas se unen unos con otros para conformar calles, provocando entre sí grandes zonas de luz y de sombra. Por lo tanto, al pintar, no hay que tratar de apoyarse en las líneas sino en manchas de color degradadas que sugieren superficies y espacio. El color degradado sobre una fachada o en el asfalto de una calle resulta fundamental para expresar profundidad.

Una vez solucionado el planteamiento lineal de las formas, éstas pueden reforzarse incorporando las sombras, o amplias manchas de tono como en este boceto al óleo.

Los acuarelistas prefieren empezar la representación apoyándose en manchas de color que sugieren cambios de superficie o sucesión de términos. Este planteamiento tan sencillo ya ofrece en sí mismo una síntesis del modelo.

EL TEMA

Las sombras resaltan la arquitectura

Una vez planteadas las principales líneas y solucionada la construcción, se distribuyen las zonas de sombra más importantes. En el paisaje urbano parece imposible disociar las sombras de los edificios, pues son los contrastes luminosos los que producen los cambios de planos o contribuyen a explicar cómo se solapan los diferentes elementos que intervienen en el modelo.

Las zonas de sombra se convierten en un excelente complemento del dibujo lineal. Contribuyen a dar profundidad y a solapar los edificios.

Los edificios situados en primer término siempre presentan valores más oscuros y sombras más contrastadas que los de los últimos planos.

Un primer término sumido en una sombra diferenciada y profunda arroja luz al fondo del callejón. Hay que aprender a utilizar estos contrastes.

Reforzando las líneas

Las tonalidades oscuras tienen un gran peso compositivo para equilibrar los términos del cuadro. Bien utilizadas, refuerzan el volumen y el contorno de los edificios y permiten estructurar líneas muy marcadas que dirigen la atención del espectador hacia un determinado punto. Algunos aspectos que considerar: la línea de casas del primer término presentará un valor más intenso y oscuro que el perfil de los edificios más alejados, y cuando en un paisaje urbano se plantean amplias zonas de luz o de sombra es importante desarrollar un valorismo que evite que aparezcan demasiado planas.

Diferentes horas

Cuando se estudia la luz a partir de una fotografía se tiene la certeza de que el modelo no va a cambiar, y por lo tanto, el artista dispone del tiempo suficiente para estudiar las sombras proyectadas y darles la intensidad necesaria, con paciencia y sin precipitarse. Pero cuando se trata de un modelo del natural, la luz del sol cambia con rapidez, y ello obliga a realizar un trabajo rápido y de síntesis. Esto significa que una misma calle o escena urbana pueden servir de modelo tantas veces como varíe la luz del día.

Al abordar un paisaje urbano, hay que detenerse a estudiar también el comportamiento de la luz sobre los edificios a distintas horas del día. A primera hora de la mañana, los colores son azulados y los tonos poco contrastados.

Durante el ocaso, las condiciones lumínicas cambian, y aunque se trate del mismo modelo, éste presenta un aspecto completamente diferente. El ambiente se vuelve anaranjado y los contrastes entre luces y sombras son más acusados.

EL TEMA

Construir con color

Hasta el momento, hemos visto cómo la línea y la sombra definen el paisaje urbano. Falta por estudiar la incorporación del color en la escena y el papel fundamental que desempeña para resaltar el cromatismo de las fachadas, o la intensidad rojiza de los tejados,...