Notebook Sketching

Leonardo da Vinci, Estudio sobre el embrión humano. Algunos de sus dibujos de anatomía fueron realizados del natural, a partir de la disección de cadáveres de criminales, muchos de los cuales se hallaban en pésimo estado de conservación. El artista trabajaba en situaciones lamentables, y manteniendo una absoluta discreción para evitar problemas con la Inquisición.

Un arte de todos los tiempos

La historia nos demuestra que la inmensa mayoría de artistas de todos los tiempos han sido grandes sketchers. En el Renacimiento, eran sobradamente conocidos los cuadernos de Leonardo da Vinci, un artista que llenó más de 13.000 páginas de apuntes que eran mucho más que simples esbozos para las composiciones de sus cuadros. Estudios de expresiones faciales, disecciones, estudios sobre animales, botánica, geología, máquinas voladoras, artefactos de guerra, diversos trabajos de arquitectura...

Está perfectamente documentado que Leonardo tenía previsto publicar numerosos tratados científicos con los materiales de sus cuadernos; sin embargo, a pesar de su dedicación, nunca consiguió llevar a término su propósito debido al férreo catolicismo de la época, que no veía con buenos ojos sus tratados sobre anatomía.

Giovanni Battista Piranesi, Coliseo. Uno de los grabados pertenecientes a Le Antichità Romane en el que el artista realizó más de 200 grabados en un trabajo que le llevó 10 largos años.

En capítulos posteriores veremos en qué y por qué el trabajo de un sketcher es distinto al de un pintor o grabador, pero por ahora nos basta con destacar algunos nombres que son referente para numerosos artistas de cuadernos. El criterio para seleccionar a los artistas que aparecen en este breve recorrido se basa en su trabajo. Ya sea en el ámbito de la pintura, del grabado o del cartelismo, hemos considerado artistas que trabajaron a partir de apuntes tomados in situ —algo habitual en todas las épocas, cierto—, pero también hemos tenido en cuenta las influencias directas existentes entre ellos, así como el gusto personal de los autores de esta obra.

Giovanni Battista Piranesi

Realizó detalladísimas reproducciones de antiguos edificios romanos que supusieron una importante contribución al desarrollo del Neoclasicismo. Sus grabados combinan dibujos exactos de ruinas y reproducciones imaginarias con las que ayudaba a realzar la grandiosidad de tales edificios.

Una de sus obras más representativas es Le Antichità Romane (1756), compuesta por más de 200 grabados publicados en cuatro tomos y en los que el artista muestra ruinas de diversos monumentos romanos, detalladas ilustraciones urbanísticas y el modo en que se adoquinaban las calles. Piranesi exploró personalmente las ruinas tomando apuntes del natural e incluso medidas para dotar de gran precisión sus posteriores grabados.

Stolen Kisses, uno de los muchos dibujos satíricos realizados por Thomas Rowlandson, quien se especializó también en numerosos dibujos de carácter erótico.

... en qué y por qué el trabajo de un sketcher es distinto al de un pintor o grabador...

Landscape with lake, 1799, tinta y acuarela. Paisaje realizado por Thomas Rowlandson.

Thomas Rowlandson
(Londres, 1756-1827)

En líneas generales, los diferentes plumillistas ingleses del siglo XVIII gozaron de gran reputación por sus dibujos in situ de palacios y jardines reales realizados por encargo. Thomas Rowlandson fue más allá, ya que este caricaturista se considera uno de los más importantes maestros de la tradición satírica. Su carrera fue brillante hasta que heredó una gran fortuna (valorada en aquel entonces en 7.000 libras), hecho que le llevó a vivir la vida fácil, a la ludopatía y, finalmente, a la ruina. La necesidad de ganar dinero rápido le obligó a retomar su oficio de caricaturista satírico y se desenvolvió también con habilidad en la pintura y el grabado. La técnica que utilizaba habitualmente para la mayoría de sus trabajos era la tinta con pluma de caña y un delicado lavado de acuarela.

John Constable
(Suffolk, 1776-1837)

La especialidad de Constable fueron los paisajes de la región de Suffolk, hasta tal punto que todo el valle de Dedham se conoce como “el país de Constable”, y a él como el gran renovador del paisajismo inglés.

Cabe destacar que, en sus inicios, se dedicó especialmente a dibujar con tizas y lápices para plasmar senderos y paisajes de su entorno, y que poco a poco fue entrando en la pintura, considerándosele uno de los primeros artistas en pintar paisajes al aire libre desde 1810.

La catedral de Salisbury, 1823. La obra de John Constable muestra una especial preocupación por la luz y los efectos ambientales sobre la naturaleza.

“La costa de Kamakura”, correspondiente a la serie Fugaku Sanjurokkei (Treinta y seis vistas del monte Fuji). Obra de Hokusai Katsuhika.

Hokusai Katsuhika
(Tokio, 1760-1849)

Pintor y grabador japonés y uno de los máximos exponentes de la escuela de grabado Ukiyo-E. Destaca por su extensísima y variada obra titulada Hokusai Manga, realizada entre 1814 y 1849, en la que muestra la vida diaria y las costumbres de la población y de su entorno. Un trabajo que realizó en cuadernos y que se publicó en 15 volúmenes que posteriormente fueron utilizados como métodos de enseñanza de pintura.

También fue el autor de las Treinta y seis vistas del monte Fuji, entre 1830 y 1833, que constaba de grabados de paisajes que a mediados del siglo XIX fueron importados a París. Una vez allí, se coleccionaron con gran entusiasmo, en especial por parte de impresionistas de la talla de Claude Monet, Edgar Degas y Henri de Toulouse-Lautrec, cuya obra denota una profunda influencia de dichos grabados.

Una de las dobles páginas de los 15 volúmenes de la obra Hokusai Manga de principios del siglo XIX.

Henri de Toulouse-Lautrec
(Albi, 1864-1901)

Pintor y cartelista que destacó por sus dibujos y pinturas en las que representaba la vida nocturna parisina de finales del siglo XIX.

Podría decirse que fue un sketcher que incluso llegó a vivir de ello y a ser bien considerado por su trabajo. Su interés se centró en los locales cerrados, iluminados con luz artificial; concretamente, en cabarets en los que observaba el modo en que los poderosos disfrutaban en privado de todos aquellos vicios que repudiaban públicamente. El artista dibujaba todo lo que veía y dejaba sus apuntes sobre las mesas, detalle que animó a los dueños de los diversos locales nocturnos a pedirle que realizase dibujos para promocionar sus espectáculos.

A lo largo de su vida vendió numerosas obras y tuvo reconocimiento, aunque su popularidad se debió más a sus ilustraciones para revistas y carteles publicitarios que a su obra al óleo.

Le Moulin Rouge. La Goulue, 1891, muestra del cartel final de Henri de Toulouse-Lautrec.

Dibujo preliminar del cartel del Moulin Rouge. Anunciaba el espectáculo de la bailarina la Goulue y el bailarín Valentín. Es muy probable que fuera realizado in situ para desarrollarlo y acabarlo más adelante.

... fue un sketcher que incluso llegó a vivir de ello y a ser bien considerado por su trabajo...

Sketching en las trincheras

Es importante destacar la labor realizada por algunos de los soldados/autores que participaron en la Primera Guerra Mundial o en la Guerra Civil española y que, por su valor documental, le dieron una nueva dimensión al arte del sketching (véase también el capítulo siguiente).

Muchas otras guerras, batallas y demás enfrentamientos fueron documentados anteriormente por artistas, pero destacamos éstos por su proximidad en el tiempo a la incorporación de la fotografía, un nuevo arte que, gracias a sus equipos de trabajo más avanzados, tomó el relevo a los apuntes para mostrarnos imágenes “reales” de los diversos conflictos...